El avance del calentamiento global ha puesto en jaque al mundo desde hace varios años, y Nuevo León no ha sido la excepción.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente, la entidad ha registrado un incremento en su temperatura promedio de 1.7 grados a partir del año 2006, algo que sobrepasa el límite permitido por el Acuerdo de París.
La problemática es especialmente relevante hoy en día debido a la crisis de sequía que impera en Nuevo León, puesto que las altas temperaturas contribuyen a que el líquido vital se evapore más rápido de las presas.
«El aumento de la temperatura reduce la disponibilidad de agua, dado que aumenta la evaporación principalmente en las presas, reduce la humedad del suelo y de la vegetación, e incrementa el riesgo de incendios forestales que afectan la infiltración de agua en los bosques», aseguró Alfonso Martínez Muñoz, titular de la dependencia.
El funcionario afirmó que los efectos del calentamiento global no se habían tomado en cuenta a la hora de formar iniciativas para el cuidado de agua en la entidad por anteriores administraciones, por lo que ahora serán incorporados.
Nuevo Léon también excede el incremento de temperatura promedio en el resto de México, que ronda los 1.5 grados centígrados anuales.