En compañía de autoridades locales y federales, el Gobernador Samuel García encabezó la quema de doce toneladas de narcóticos confiscados durante los últimos meses, misma que tomó lugar en las instalaciones de la Séptima Zona Militar.
La droga confiscada se componía principalmente de mariguana, aunque también había rastros de cocaína, metanfetaminas, heroína y pastillas psicotrópicas.
En un discurso previo, García aseguró que el consumo de drogas está ganando terreno en Nuevo León, con un incremento notorio en la cantidad de sustancias ilegales que son comercializadas y distribuidas.
«Me duele mucho decirlo, pero el abuso de los narcóticos va en aumento (…) En Nuevo León los químicos están dañando profundamente a mi generación, y lo que hoy hacemos demuestra que no habrá impunidad contra el crimen organizado», declaró el mandatario estatal.
Asegurando que existe una coordinación en todos los niveles de Gobierno, Samuel advirtió que la quema es el destino final de todo narcótico confiscado en el estado.
«Este proceso de destrucción es el destino final de tráfico ilícito de estos narcóticos afectos a procesos penales (…) Esta incineración debe ser un símbolo para la sociedad de que estamos quemando el mugrero que provoca pérdida de vidas humanas e inseguridad».