Escuchar música es la mejor manera para bajar nuestro nivel de estrés, pero ¿no has notado que al momento de escuchar música te dan ganas de comer comida chatarra?
Pues así es, recientemente un estudio reveló que las frecuencias de la música influyen en nuestras elecciones de alimentos.
Los especialistas descubrieron que la música o el ruido de fondo a un volumen bajo promueve elecciones de alimentos saludables, mientras que un volumen elevado genera elecciones de comida poco saludable.
También encontraron que el impacto del volumen de la música en las elecciones de alimentos opera a no solo en entornos donde se elige un alimento, sino también cuando se compran productos a granel, haciendo que la gente llene sus canastas de productos.
Los investigadores consideran que se debe a los niveles de estrés y emoción. Así, la música de bajo volumen promueve la relajación, permitiendo a los consumidores valorar mejor sus opciones de alimentos hasta elegir los más saludables.
En contraste, las melodías ensordecedoras crean molestia o estados de excitación que rompen el autocontrol de las personas y las hace elegir alimentos con alto contenido de grasa o azúcar.
Ante ello, los especialistas recomiendan tener bien presente: si escuchas música fuerte en un expendio de comida, activa tus herramientas de autocontrol o busca otro lugar donde saciar tu hambre.