Llegó la hora de llevar a tu hijo al colegio por primera vez y te viene a la cabeza su cara de angustia por dejarlo con personas extrañas, su posible llanto y resistencia para quedarse, y la mezcla de orgullo y tristeza que sentirás al verlo cruzar esa puerta. ¡Era un bebé y ya irá a la escuela!
La entrada de tu hijo a la escuela es la primera separación mutua de niño-familia. Su mundo de relaciones va a ampliarse, comenzará a defenderse sin la ayuda de sus padres y formará parte de un nuevo círculo en donde ya no será el centro de atracción como en su casa, aprenderá a compartir sus juguetes y esperar su turno para hablar, tendrá que guardar sus útiles y responsabilizarse de su mochila.
-Errores comunes cuando los niños entran al kínder-
- Durante los días previos, expresar con insistencia frases como: “te vas de mí”, “eras un bebé y ahora te vas de nosotros”, “no sé si voy a soportar verte cruzar la puerta de la escuela”. Con mensajes tan dramáticos y contundentes, se propicia la angustia de separación en los niños y lógicamente un rechazo por la escuela.
- Desorganización y conflictos: durante los preparativos, tales como desayunar y vestirlo con prisas, o llegar con angustia por la hora de entrada, todo lo cual influirá en que vea a la escuela como un problema.
- Utilizar el chantaje afectivo al momento de la despedida: “no llores porque mamá-papá se va a poner triste”.
- Mentir a los niños respecto a lo que va a ocurrir: “dale la mano a la maestra, no me voy a ir, ahora mismo regreso y estaré contigo en el salón de clases”.
- Utilizar el engaño: como forma para que se queden en la escuela, como, por ejemplo, pedirles que entren a tomar un dulce y alejarse de la escuela sin que el niño vea.
- Convertir el momento de la despedida en un evento dramático y difícil, como puede ser que los padres lloren frente al niño, además de mostrarse tristes y abatidos.
- Prolongar el momento de la despedida.
*Consejos para hacer más fácil el primer día del kínder-
- Prepara a tu hijo unos días antes de la entrada al colegio explicándole lo que va a ocurrir: cómo es la escuela, qué va a hacer, quién lo va a cuidar, que tú lo llevarás y lo recogerás a cierta hora (o bien, la persona asignada), que se trata de algo bueno y divertido, que estará muy bien.
- De ser posible, llévalo a conocer su salón y a su maestra antes del primer día de clases.
- Procura dejar al niño menos tiempo del horario normal para que se adapte gradualmente (en el caso de que su escuela lo permita).
- Permítele llevar algún objeto que le brinde seguridad y que asocie con su círculo familiar (muñeco, amuleto, pañuelo, cobija).
- Involúcralo en los preparativos de su mochila y lonche, motívalo con entusiasmo y platícale lo bien que se sentirá en la escuela.
- Trata de que la despedida sea natural y rápida, sonríele siempre a tu hijo.
- No fomentes regresiones a etapas anteriores, es decir, hablarle como si fuera un bebé, consentirlo demasiado o hacer que se apegue más a ti para compensar el desprendimiento.
- Confía en la capacidad de adaptación de tu hijo a los cambios positivos. Sólo así podrás transmitirle seguridad con palabras y con actos