Cuando los niños están enfermos los padres también sufren. Por un lado, la enfermedad es preocupante y requiere de mucha atención para atender cualquier complicación, por otra parte, calmar sus malestares puede volverse complicado al momento de darles medicinas, pues muchas veces las rechazan.
En ocasiones puede ser una pesadilla lograr que se tome una pastilla o un jarabe que no le gusta, y no es que los niños tengan otra sensación gustativa, es que realmente saben mal, pero ¿cómo hacer que esta tarea no sea tan complicada? Puedes implementar los trucos básicos como ‘el avión’, o tratar algo más elaborado como ocultar el sabor de las cosas.
Recuerda que es pequeño, y su mentalidad aún no comprende que con los jarabes se sentirá mejor, así que además de la paciencia, deberás usar la honestidad con tu hijo.
Si le dices que no es una medicina, sino que es un caramelo, es probable que la próxima vez que le ofrezcas un dulce no te crea. Además, puede que cuando encuentre un medicamento se lo meta en la boca y le podría ocasionar una intoxicación.