¡Oh la frustración! Eso que sentimos cada que algo no sale como esperábamos, tan parte de nuestras vidas que hemos aprendido a vivir con ella; sin embargo, hay días que nos sobrepasa y el enojo se apodera de nosotros.
La frustración está definida como un estado emocional que surge al gestionar negativamente los sentimientos en situaciones de estrés, presentándose en enfado, sentirse decaído e incluso en algunos momentos, ira.
Y es que cualquier cosa puede hacernos tronar en el día a día, aquí te dejamos algunos ejemplos:
- Típico que necesitas pegar algo con cinta y de pronto se te pierde y no encuentras el extremo para cortar un pedazo.
Y ni hablemos de cuando sale en pedazos pequeños ¡Tan frustrante!
2. Dos palabras: Audífonos – bolsa. Toda una pesadilla cuando te encuentras con esto.
Y terminas viéndote así como…
3. Cuando le mandas un mensaje a alguien, aún quieres escribir ¡Pero esa persona sigue escribiendo!
Y a veces la respuesta termina siendo “Ok” ¿Es enserio?
4. Las – etiquetas ¿Por qué no se pueden quitar fácil?
Gracias a todos los genios que encontraron la solución y la comparten. Valen mil.
5. Y, porque a veces la frustración viene acompañada del asco, cuando usas un baño público y el asiento se siente mojado.
Como verás, la frustración puede llegar en cualquier momento de cualquier forma. Recuerda que cuando sientas que estás a punto de perder el control, es momento de poner un alto a lo que estés haciendo, cierra tus ojos, respira, sal a caminar si es necesario y medita antes de actuar.
Si las respiraciones y meditaciones no funcionan pregúntate ¿Lo puedo resolver en este momento? Si la respuesta es sí, manos a la obra; si la respuesta es no, déjalo ir, recuerda que no siempre puedes tener el control de todo.
Y a ti ¿Qué otras cosas cotidianas te encabritan?